La transformación digital y una nueva perspectiva sobre el sector financiero fueron introduciendo paulatinamente una nueva figura financiera que simulaban, a la vez que retaba, a la banca tradicional: la figura de los neobancos.
Los neobancos, bancos digitales o bancos virtuales son instituciones financieras de nueva generación que ofrecen servicios de intermediación bancaria en un ecosistema completamente digital. La filosofía FinTech insertada en su ADN promueve el aprovechamiento de la tecnología y del entorno digital con el objetivo de poner en práctica los servicios y las operaciones financieras que brindan.
Principalmente, destacan por ser sencillos, accesibles, centrados en el cliente y transparentes -por ofrecer información actualizada y precisa en tiempo real, y un servicio de customer service online-, además de ahorrar costos de estructura -por contar con plantillas reducidas, y funciones automatizadas y no tener sucursales ni cajeros físicos-.
Este tipo de banca en línea es popular entre la generación Millennial (generación Y) y la generación Z quienes prefieren realizar operaciones a distancia, en vez de ir a sucursales de manera presencial o realizar gestiones con intermediarios físicos.
No obstante, en el marco financiero actual, los neobancos han ganado terreno a la banca tradicional durante los últimos años. Una escalada que se aceleró con motivo del confinamiento provocado por la pandemia de la COVID-19 y el posterior avance de la digitalización, consolidándose gradualmente como alternativa de servicios financieros.
Operativa y diferencias respecto a los bancos tradicionales
Las operativas se realizan exclusivamente vía Internet, concretamente por medio de aplicaciones móviles o páginas web, y las gestiones a realizar comprenden desde aperturas de cuentas e ingresos bancarios, transferencias de crédito hasta, incluso, disponer de algunos servicios de forma gratuita u ofrecer novedosas funcionalidades como las criptomonedas.
Generalmente, los neobancos ofrecen a sus clientes una cuenta bancaria y una tarjeta con diversas posibilidades según la modalidad escogida (gratuita o de pago) y los requisitos para ser clientes recaen en contar con la mayoría de edad, residir en algunos de los países en los que autorizada la entidad y disponer de un smatphone.
Casi todas las entidades de este tipo que comercializan sus servicios en España disponen de una cuenta sin comisión de mantenimiento que ofrecen servicios básicos limitados, ofrecen las tarjetas asociadas de manera gratuita, realizar transferencias a otros bancos europeos, ingresos o solicitudes de dinero entre los usuarios de cada plataforma de manera inmediata y sin coste.
En lo referente a certificaciones, por un lado, estas entidades con espíritu FinTech no siempre son entidades financieras que cuentan con licencias bancarias, es decir, con un prerrequisito que éstas deben obtener para poseer el estatus legal de banco para poder operar como tal en el mercado financiero.
Por otro lado, también están aquellos neobancos que están regulados bajo una Entidad de Dinero Electrónico (EDE), que les permite prestar ciertos servicios financieros vinculados al dinero electrónico (no confundir con criptomonedas) y medios de pago o aquellas apps que ofrecen servicios similares a la banca. En las EDE, el dinero se encuentra segregado o separado en una cuenta del banco central que lo respalde, por lo que, aunque el neobanco quiebre, el dinero siempre estará disponible.
Las entidades de bajo la figura del EDE están autorizadas a ofrecer tarjetas de prepago en las que el dinero que se ingresa se transforma en dinero electrónico -dinero convencional en curso legal que puede ser utilizado por terceros de igual forma que una tarjeta de crédito, débito o pago vía app- y a brindar cuentas de pago, sin embargo, no tienen la potestad de prestar dinero (préstamos personales o hipotecas), ni captar depósitos del público, ni a retribuirlos.
Servicios financieros digitales sin la necesidad de una cuenta corriente
Los neobancos ofrecen una serie de ventajas y desventajas que determinan a quién puede interesar realmente este tipo de entidades.
Entre las principales ventajas, reduce de la posibilidad de uso fraudulento, convirtiéndose en una opción recomendable para compras online, suscripciones, pagos con el móvil o pagos de servicios por internet, ayuda a tener el control inmediato de los gastos de un tercero a cargo propio, aumenta la confianza de los usuarios al aportar información detallada sobre el momento, lugar y modo en el que se realiza un movimiento o facilita la retirada de dinero sin costes fuera de España mientras se viaja, al no cobrar comisiones por cambio de divisa.
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